Ser Adultos Mayores
Ser adultos mayores significa que estamos transitando una etapa de la vida. Nosotros somos por lo que hemos sido, tenemos una historia y seremos en el futuro según lo que construyamos ahora.
Pensemos nuestra vida como un camino y miremos hacia atrás , veremos desplegado todo nuestro potencial de años jóvenes insertando en la vida nuestros sueños y proyectos.
Nuestro pasado, con lágrimas y sonrisas, nos tuvo como principales protagonistas de la familia, la profesión, el trabajo y pusimos en ello nuestra dedicación, nuestros afectos, nuestros valores.
Si nos detenemos en el presente, algunas cicatrices que deja el paso del tiempo, serán los mojones para seguir andando.
En el plano físico puede aparecer algunas debilidades, que con la fortaleza de nuestro espiritu podemos sobrellevar.
Pensemos nuestra vida como un camino y miremos hacia atrás , veremos desplegado todo nuestro potencial de años jóvenes insertando en la vida nuestros sueños y proyectos.
Nuestro pasado, con lágrimas y sonrisas, nos tuvo como principales protagonistas de la familia, la profesión, el trabajo y pusimos en ello nuestra dedicación, nuestros afectos, nuestros valores.
Si nos detenemos en el presente, algunas cicatrices que deja el paso del tiempo, serán los mojones para seguir andando.
En el plano físico puede aparecer algunas debilidades, que con la fortaleza de nuestro espiritu podemos sobrellevar.
En el plano afectivo de pareja quizás estemos transitando la soledad, pero con la confianza y enseñanza que nos dio la vida, seguramente podamos emprender un nuevo viaje compartido.
En lo familiar nuestros hijos hacen su propio nido, y por suerte llegan los pichones, los nietos que nos dan el titulo de abuelos.
En lo laboral es posible estar jubilado, y para quienes han entregado parte de su vida al trabajo ,dejar de pertenecer al círculo laboral puede ser una vivencia de perdida, si auntenemos fuerzas para continuar en actividades.
Todos tenemos necesidad de sentirnos queridos aceptados, pertenecientes a algo, ello incrementa la autoestima.
EL aumento en la expectativa de vida nos pone en la responsabilidad de ser adultos mayores saludables. Y estar sanos es poder disfrutar de la vida con calidad.
Es bueno pensar en nosotros como un proyecto inacabado, viviendo esta etapa como un período de crecimiento. Aceptando la realidad de la propia vida, recreándola, desarrollando la autoestima, manejando nuestras emociones, agudizando la creatividad .
“Son pocos los que saben ser viejos, de hecho solo lo logran aquellos capaces de mantenerse jóvenes”( La RocheFucauld)
Para ello debemos aprender cosas nuevas, tener interés por algo, tener siempre algún objetivo. El aprendizaje es un proceso activo que tiene continuidad a lo largo de la vida .
El bienestar psicológico y desarrollo personal permite la apertura a nuevas vivencias que hacen crecer como personas y favorecen el logro de un envejecimiento activo, que impulsa a seguir participando en las redes familiares y sociales.
Requiere la aceptación de si mismo y las circunstancias de la vida, formación de vínculos positivos, búsqueda de de autonomía, tener un propósito de vida. La felicidad consiste en estar haciendo algo que llene la vida. Tiene que ver con el sentido de la vida.
Nuestra condición humana es esencialmente relacional, el mejor vinculo que nos une a las personas o a las cosas es el amor.
El amor nos trasciende como personas y le da sentido a nuestra vida de adulto mayor.
“Envejecer es como escalar una gran montaña, mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena (Ingmar Berman).
Caminar más lento tiene sus ventajas. El andar despacio nos permite la mirada hacia adentro.
Y al encontrarse uno mismo, poder disfrutar del paisaje y descubrir a otros caminantes de la vida.
Entonces al avanzar en el camino llevaremos carga liviana y saludable: de nuestro pasado la experiencia, nuestros valores, que nos harán transitar el presente con sabiduría y nos proyectaran al futuro en búsqueda de la realización y felicidad.
En lo familiar nuestros hijos hacen su propio nido, y por suerte llegan los pichones, los nietos que nos dan el titulo de abuelos.
En lo laboral es posible estar jubilado, y para quienes han entregado parte de su vida al trabajo ,dejar de pertenecer al círculo laboral puede ser una vivencia de perdida, si auntenemos fuerzas para continuar en actividades.
Todos tenemos necesidad de sentirnos queridos aceptados, pertenecientes a algo, ello incrementa la autoestima.
EL aumento en la expectativa de vida nos pone en la responsabilidad de ser adultos mayores saludables. Y estar sanos es poder disfrutar de la vida con calidad.
Es bueno pensar en nosotros como un proyecto inacabado, viviendo esta etapa como un período de crecimiento. Aceptando la realidad de la propia vida, recreándola, desarrollando la autoestima, manejando nuestras emociones, agudizando la creatividad .
“Son pocos los que saben ser viejos, de hecho solo lo logran aquellos capaces de mantenerse jóvenes”( La RocheFucauld)
Para ello debemos aprender cosas nuevas, tener interés por algo, tener siempre algún objetivo. El aprendizaje es un proceso activo que tiene continuidad a lo largo de la vida .
El bienestar psicológico y desarrollo personal permite la apertura a nuevas vivencias que hacen crecer como personas y favorecen el logro de un envejecimiento activo, que impulsa a seguir participando en las redes familiares y sociales.
Requiere la aceptación de si mismo y las circunstancias de la vida, formación de vínculos positivos, búsqueda de de autonomía, tener un propósito de vida. La felicidad consiste en estar haciendo algo que llene la vida. Tiene que ver con el sentido de la vida.
Nuestra condición humana es esencialmente relacional, el mejor vinculo que nos une a las personas o a las cosas es el amor.
El amor nos trasciende como personas y le da sentido a nuestra vida de adulto mayor.
“Envejecer es como escalar una gran montaña, mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena (Ingmar Berman).
Caminar más lento tiene sus ventajas. El andar despacio nos permite la mirada hacia adentro.
Y al encontrarse uno mismo, poder disfrutar del paisaje y descubrir a otros caminantes de la vida.
Entonces al avanzar en el camino llevaremos carga liviana y saludable: de nuestro pasado la experiencia, nuestros valores, que nos harán transitar el presente con sabiduría y nos proyectaran al futuro en búsqueda de la realización y felicidad.
Graciela